jueves, 26 de marzo de 2009

martes, 3 de marzo de 2009

LA COMUNICACION FAMILIAR EN TIEMPOS DE CRISIS.

Cuando los tiempos favorables están presentes, las relaciones familiares son excelentes. Los miembros de la familia comparten todo y se relacionan. Hay alegría. Hay celebraciones. Hay gozo. Todo marcha de maravillas.

Pero, cuando se presentan tiempos de crisis, especialmente en tiempos de crisis financiera, las relaciones familiares tienden a debilitarse. Los miembros de las familias se distancian, se comunican poco, las relaciones se ponen tensas y las discusiones y peleas son el menú del día.

Las situaciones llegan a ser tan difíciles que en muchos casos, se rompe la estructura familiar, bien sea mediante el divorcio de los padres o la separación del seno familiar de uno o varios de sus otros miembros: hijos, primos, etc. En definitiva, el hogar se ha destruído.

¿Qué hacer entonces?

La forma más efectiva para solucionar ésta y todas las crisis que se presenten, es acudir al entendimiento, a la comunicación, al diálogo, donde cada miembro de la familia exponga sus puntos de vista en torno a la situación, aportando ideas, en tono razonable y sin agresividad, mientras los demás miembros escuchen la exposición de motivos de los otros.

Después que todos hayan intervenido, se seleccionan las mejores ideas expuestas y con ellas se establece un plan para lograr aplicarlas en concreto, a fin de buscar que la armonía vuelva al seno del hogar.

Hay que tomar en cuenta que todo lo que se diga, no se tome a tono personal; sino que se piense en el bienestar de todos, de la familia y que todos debemos colaborar para recuperar esa armonía, esa alegría y esa felicidad que debe predominar en cada hogar.

Desde DE PUERTA EN PUERTA, los exhortamos a todos a buscar esa armonía. La vida es bella, el Universo nos quiere felices y vinimos a este plano a ser felices, no a sufrir, no a odiar, vinimos a aprender de lo bueno y de lo malo y la mejor lección que podemos recibir es APRENDER A PERDONAR y a dar AMOR INCONDICIONAL. Busquemos entonces aprender esta lección para que vivamos en un hogar feliz, armonioso, abundante y nos daremos cuenta que no vale la pena discutir, ni odiar, ni envidiar. Hay que olvidar orgullos y presuntas ofensas. Hay que voltear la moneda y veremos que todo se resolverá positivamente y la armonía, la felicidad, la alegría y las celebraciones, volverán al seno del hogar y con ellas llegará tambien la abundancia financiera.

Probemos esta sugerencia y veamos como las cosas cambian. No obstante, necesitamos cumplir a cabalidad las acciones del plan elaborado; porque de nuestras acciones dependerá el éxito. La constancia y el trabajo nos llevarán a la victoria.